A primera vista Battambang parece uno de esos sitios donde no hay mucho que hacer, pero la realidad es otra. En 4 dias, y gracias a nuestro genial conductor de tuc-tuc, conseguimoes ver un monton de cosas y acercarnos a la Camboya mas rural.
Empezamos fuerte con el circo de Phare, una asociacion con casas de acogida para la infancia, que educa a los ninos en el arte del circo, la musica, la pintura y el teatro. El espectaculo de circo fue muy divertido y emocionante, Lucas y Aisha querian volver al dia siguiente.
En los 3 dias siguientes visitamos la zona rural donde las familias viven de la pesca, los cultivos, la fabricacion de papel de arroz o el procesado de la pasta de pescado, uno de los condimentos mas utilizados en la cocina asiatica. En todos los casos son procesos muy rudimentarios que se suelen desarrollar con mas intensidad en la temporada seca.
Tambien vimos una granja de cocodrilos. Yo no habia visto tantos cocodrilos juntos en mi vida y me quede impresionada con la velocidad con la que reaccionan ante cualquier estimulo. Estaba deseando salir de alli!
Desde Battambanag tambien se puede visitar el tren de bambu, visita obligada si viajas con ninos, varios templos y la cueva de los muercielagos. Un espectaculo de la naturaleza que deja boquiabierto a cualquiera. A diario a las 18 de la tarde, con puntualidad inglesa, salen escopetados por una ranura de la montana cientos de miles de murcielagos con rumbo a un bosque cercano donde se ponen las botas comiendo insectos.
Por la tarde-noche la oferta de restaurantes y bares en Battambang no tiene despercicio. Hay para todos los gustos y bolsillos.
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